Page 21 - Paratodos Octubre 2019
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Chef Jorge Sotelo vale una fiesta de su casamiento. El gerente se rió y le preguntó
aquí. Acabas de
cuánto dinero tenía, a lo que respondió “como
llegar de México.
2.000 dólares”. “¿A cuántas personas invitarías?”
preguntó. “Como 250 o 300” dijo. Cinco años
No creas que es
más tarde Jorge festejó su casamiento en ese
como allá’”. Jorge
no es temeroso.
hotel.
Pidió una cita con
¿Cuánto tiempo trabajas ahí?
el gerente general
cuánto saldría el
alguien se reporta enfermo en la panadería, la
salón para la fiesta
que contaba con un chef francés. Era domingo
Piolín ha llegado a entrevistar al presidente para preguntarle Había estado trabajando ocho meses, cuando
Obama, siendo ésta la primera radio en es-
pañol de todo el país en la que un presidente
de EE.UU. haya participado.
“A los 16 años yo jugaba al fútbol. Un día mi
papá me dijo que no podía pagarme más mis
viajes a Guadalajara. Llegué a jugar en la re-
serva del Atlas de Guadalajara. Decidí venir a
los EE.UU. para juntar dinero y regresar. Tenía
18 años cuando llegué aquí, en 1994”, dice
Jorge.
¿Dónde te radicaste?
Con un tío que vivía en un barrio muy
peligroso llamado Delhi, en Santa Ana. Lue-
go vino toda la familia y nos instalamos en
el garaje de su casa. De pequeño en Méxi-
co, siempre quise conocer a Mickey Mouse.
Cuando vivíamos en ese garaje mi papá me
decía “mira, ese es el ratón”. Sí, era el ratón
que rondaba en el garaje. El baño estaba
afuera, así que, en la noche, en la madrugada,
con lluvia o viento, teníamos que salir para
ir al baño. Eso nunca se me olvida. Papá se
iba a trabajar en la mañana y regresaba en la
tarde. Nunca supe lo que hacía. Él es güero.
Llegaba a casa con el cuello todo rojo, su cara
insolada, y sus manos sangrando. Un día veo
que lo deja una camioneta llena de árboles y
ramas. En ese momento me dijo que estaba
haciendo ese gran esfuerzo porque quería
estar junto a toda la familia. Todo ese sacri-
ficio valió la pena porque hoy son los papás
más felices del mundo. Nosotros tres pode-
mos darles una vida mejor.
Veo que son una familia muy unida.
Sí, ¡muy unidos! El Día de las Madres nos
vamos a juntar. Hace poco, mi madre estu-
vo dos meses en cuidado intensivo, en el
hospital. Los doctores decían que se moría.
Nosotros le pedimos a Dios, le clamamos
“Dios regresa a mamá un ratito más”. Y para
navidad mi madre estaba festejando con no-
sotros en la casa. Ahorita está muy bien.
Jorge consiguió su primer trabajo como la-
vaplatos en el hotel Hilton, en la ciudad de
Irvine. Hoy es el Hotel Irvine. Acababa de
llegar de México. Era un joven muy humilde.
Si bien muchas cosas que veía lo deslum-
braban, cuando entró al salón de fiestas se
quedó encandilado: las luces eran hermosas
y los candelabros majestuosos. En ese instan-
te se dijo a sí mismo que ahí haría su fiesta
de casamiento. “Mis compañeros de trabajo
me decían ‘¡Tú estás loco! No sabes cuánto
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