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Dra Erlinda Martinez- Persona Notable

Sus padres le instilan la necesidad de estudiar desde niña, fuego que lleva adentro y que con sutileza el destino le puso un mentor que se aseguró que siguiera su trayecto ascendente desde lograr una maestría como consejera de educación de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA, hasta conquistar su doctorado en educación de la Universidad del Sur de California, USC. Sus dos mayores victorias educativas las transitó engendrando sus hijos, en donde trabajo y obligaciones, jamás la detuvieron. Con temple indestructible, y capacidad de trabajo insaciables, hoy la doctora Martinez se ha comprometido en transformar el colegio comunitario Santa Ana, SAC, en un lugar privilegiado para el que quiera imitarla, estudiando y beneficiándose con el programa Santa Ana ¡Adelante!, hasta convertirse en líderes capaces de re-diseñar un brillante futuro para las generaciones venideras. La doctora Erlinda Martinez es la presidente de SAC, desde marzo del 2005 y la que guía su desarrollo como un buque insignia de los colegios comunitarios en el Sur de California.

“Cuando conocí a la Dra. Martínez en 1970, era evidente que tenía un potencial enorme para seguir ascendiendo. Es brillante, reflexiva, tiene excelente criterio, es una trabajadora incansable, y se relaciona bien con toda clase de personas. He disfrutado verla ascender hasta que logró su maestría y luego su doctorado. La Dra. Martínez comenzó con un puesto básico en un colegio comunitario, pasó por una variedad de posiciones administrativas por su excelente desempeño hasta llegar a ser la presidenta de la universidad. Pocas veces en la carrera de un individuo se tiene la oportunidad de estar asociado con una persona tan valiosa. Ha sido para mí un privilegio haberla conocido, trabajado y observado su evolución” -Dr. Henry P. Kirk – Former President of Centralia College, Washington State – Vice Chancellor, University of Livingstonia, Malawi, Africa

Mis padres nacieron en este país pero la herencia hispana se palpaba en cada paso que daban.

Su padre, Raul Martinez, fue soldado en la segunda guerra mundial, y cuando regresa, asiste a un colegio para seguir estudiando y conoce a la que llegaría a ser su esposa, Natalia, en San Luis Obispo. Al poco tiempo se casan y la familia se ve bendecida con la llegada de tres hijos, Erlinda primero, dos años después Gloria, y Mike, cinco años más tarde.

Cuando Erlinda tiene cinco años y debe comenzar la escuela la familia se traslada al Sur de California. Erlinda crece en San Gabriel Valley, cursa la primaria y se gradúa de la secundaria en la escuela de La Puente. Erlinda recuerda con ternura que cuando tenía ocho años su papá le enseñaba a bailar rumba, cha cha cha, a él le encantaba bailar. Y, cuando ya era una jovencita, él disfrutaba discos de la época y quería aprender los pasos nuevos de moda. Sus recuerdos más preciados son cuando su padre bailaba con ella.

“Me siento afortunada por haber crecido en dos mundos, mis abuelos maternos, David y Reynalda Baro tenían una granja en la costa central y mis abuelos paternos vivían en el Este de Los Angeles. Las dos familias creían en la educación, enfatizaban que todos debíamos estudiar. Mi madre es la mayor de 10 hijos, todos se graduaron de la escuela secundaria, eran muy trabajadores, algunos fueron maestros, enfermeros, guardias de prisión, gente que trabajó muy duro para lograr una educación y buenos empleos, son mi fuente de inspiración. Mi padre es el segundo en su familia, fue inspector de salud en el condado de Los Angeles. Todos sus hermanos se graduaron también, muchos de ellos se recibieron de colegios y dos tíos tienen un doctorado”, dice Erlinda orgullosa.

Durante las vacaciones de verano toda la familia visitaba a los abuelos en su granja. “Un verano mi abuelo nos esperó con tres pequeñas cabritas, para que las cuidáramos, una para cada uno de nosotros. Las teníamos de una cuerda, les dábamos de comer, de beber, las llevábamos de paseo, durante todo el verano las cuidamos con mucha dedicación. Algunos años más después, cuando ya éramos más grandes, pensamos que probablemente los abuelos comieron una deliciosa birria después de nuestra partida… Mi abuelita murió cuando yo tenía seis años así que la recuerdo vagamente pero me veo haciendo queso con ella, recogiendo huevos, ordeñando vacas, buscando almejas en la costa, ¡traíamos baldes llenos!, hacíamos una sopa deliciosa. Ella tenía un jardín enorme de verduras, cosechábamos calabazas, maíz con lo que hacíamos tamales, y muchas otras delicias. Jamás olvidaré las maravillosas fiestas familiares que se hacían. Tuve una niñez ideal, llena de recuerdos inolvidables”, recuerda la doctora.

¿Pasaba toda tu familia las vacaciones en la granja?

Todos íbamos por dos semanas, pero cuando crecimos, nuestros padres volvían a casa y nosotros nos quedábamos un poco más. Nuestro abuelo y tía nos ponían en el Greyhound bus y nos recomendaban, “no se bajen hasta que vean a sus padres”, así que viajábamos hasta Los Angeles y ellos nos esperaban en la estación para llevarnos a casa.

Erlinda tiene una fe muy profunda, sus padres eran presbiterianos, muy religiosos. Su mamá era la organista de la iglesia, y su padre fue instrumental para la apertura de la iglesia presbiteriana en La Puente. Sus padres estaban muy preocupados cuando Erlinda tuvo que seguir sus estudios fuera de su casa, pero fue aceptada en un colegio presbiteriano de Idaho. “Creo que por la única razón que me permitieron salir de casa fue porque iría a ese colegio”, dice Erlinda. Pero sólo estuvo allí por dos años, regresó y se casó con el novio que tenía desde la secundaria. Sus padres insistieron que siguiera estudiando y ella prometió hacerlo. La joven pareja continuó estudiando en la universidad de California en Riverside. Ella obtuvo una licenciatura en sociología y su primer trabajo fue proveer servicios comunitarios a jóvenes que tenían libertad condicional. Lo hizo por dos años, era gratificante pero muy difícil emocionalmente. Toma otra posición en el Compton College y luego, como directora de asuntos estudiantiles en El Camino College en Torrance. Al poco tiempo está embarazada con su primer hijo.

“Henry Kirk, decano del colegio me dijo que debía seguir estudiando. Yo jamás pensé que tenía que seguir estudiando. Hoy informo a los jóvenes sobre esto, porque nadie promueve seguir estudios posgrado después del colegio, después de la universidad. A pesar de estar esperando un bebé volví a la escuela, tuve a mi hijo Robert y cuando cumple tres años me gradúo de la UCLA con una maestría como consejera en educación”, dice la Dra. Martinez.

Mientras cría a su pequeño hijo y trabaja, el decano insiste que siga estudiando para obtener un doctorado. “¿Qué es lo que me está diciendo? ¡Yo no necesito estudiar para un doctorado!”, le respondió casi molesta. “¡O sí!, tú serás la presidenta del colegio un día pero para eso te hace falta el doctorado”, concluyó. Henry Kirk es quien la incentivó para que estudiara hasta lograr su doctorado. Hoy día son muy buenos amigos. La Dra. Erlinda Martinez obtuvo su doctorado en educación de la universidad de USC y otro bebé al mismo tiempo. Erlinda recuerda las sabias palabras de su tío Domingo sobre la educación, “una vez que se bebe de la fuente, siempre se vuelve por más…”

Cuando la aceptaron para hacer el doctorado en USC, podía invitar a familiares a la recepción que daban. Ella invitó a su tío y también lo hizo para su presentación pública cuando terminó su doctorado. La doctora no quería a nadie más, por temor a ponerse nerviosa. Su tío obtuvo su doctorado de USC tarde en su carrera. Y su otro tío Art, hermano de su papá que vive en Santa Ana, también tiene un doctorado. Él es gracioso, cada vez que llega información del colegio por correo la llama y le dice, “ya recibí tu mensaje”.

Después de obtener su doctorado, la Dra. Erlinda Martinez se traslada al norte de California con su familia, para asumir el cargo de decana de administración y decana de estudiantes en Mission College en Santa Clara. Diez años después regresa a Cerritos College en donde se desempeña como vicepresidenta.

“Era época de regresar a casa, mi padre estaba enfermo, y hasta había perdido la vista. Lo visité al menos una vez a la semana durante su último año. Lo disfruté mucho, su cuerpo estaba muy deteriorado pero su mente se mantuvo brillante hasta el momento que murió. Unos años después de su muerte, mi esposo encontró a alguien más joven que yo, más delgada que yo, nuestro divorcio fue oficial en 2001”, dice la doctora.

Este fue un período muy oscuro en su vida, sus hijos y su familia la ayudaron mucho. En 2004 se produce una vacante en SAC, aplica y asume como presidenta en 2005.

“El colegio Santa Ana es un lugar maravilloso para trabajar y no me arrepiento de haber tomado esa decisión. Será porque todos allí tenemos el mismo gol en mente, queremos que todos nuestros jóvenes tengan la oportunidad de ir a la escuela, la gran mayoría necesita ayuda emocional, económica y/o social para lograrlo y estamos acá para asistirlos. Queremos ver un título universitario en todas las casas de Santa Ana, queremos que todos puedan lograrlo, y nosotros trabajamos arduamente para que esto se materialice. Me siento muy orgullosa del programa Santa Ana ¡Adelante! en el que trabajamos en conjunto con el Distrito Escolar Unificado de Santa Ana, SAUSD y la Universidad del Estado de California Fullerton, CSUF. Ya estábamos asociados anteriormente pero ahora tenemos una localidad fija en CSUF, asegurando la continuidad del programa. Todos los graduados de la secundaria deben conocer este programa, ellos sólo tienen que cubrir los requisitos de CSUF para continuar sus estudios allí, gran solución hoy en día porque los recursos económicos son cada vez más limitados. Informamos de este programa a padres; a jóvenes; enviamos cartas a domicilio; alumnos del colegio visitan a alumnos de la secundaria explicándolo; además los padres promotores hablan con otros padres en donde los encuentran. Queremos también cambiar el estereotipo de muchas jóvenes para que no se queden en sus casas soñado sólo en casarse y tener una familia”, dice la Dra. Erlinda Martinez.

“La gente que trabaja y gana el salario mínimo deberían tratar de ir a la escuela porque después de un año o dos, ganarían mucho más que ese salario mínimo. Tenemos muy buenos programas vocacionales, muchos en el área de la salud: terapia física, enfermería, técnico en farmacia, etc. Hay muchas farmacias CVS, Walgreens y otras más que ofrecen oportunidades de empleo. Y ganando más, no se tiene que trabajar tantas horas y si se opta seguir estudiando, se lograrán mejores trabajos y salarios aún. Hay que entender la inversión del tiempo cuando estudian y lo que logran a cambio de ello. Yo trabajé muy duro, no tenía dinero así que solicité ayuda financiera, préstamos, fui mesera, vendí zapatos, hice todo lo que necesité hacer para lograr mi objetivo de seguir estudiando”, insiste la Dra. Martinez.

¿Cómo fue el comienzo en el colegio?

Todo líder de un colegio se preocupa por identificar qué es lo que puede añadir, qué es lo que se necesita. Uno de ellos fue re-establecer la fundación de SAC. Empleé a una directora, Christina Romero, formé la mesa directiva y re-establecí el President’s Circle. También tuve que hacer una evaluación sobre un programa de construcción muy grande, puesto que el sitio en donde está ubicado el colegio data de 1947, muchos aspectos de su infraestructura debían ser considerados. Me auto nombré, “la reina de las cloacas”, porque el sistema eléctrico, agua, tecnología, etc., no estaba documentado, así que seguimos trabajando hasta que el campus esté en orden y bien documentado.

¿Es todo esto parte de tus obligaciones como presidenta?

En realidad no, pero era urgente solucionarlo. Además el colegio cumplirá 100 años en 2015 y no muchos colegios logran llegar a esa cima. Vamos a tener una campaña para el centenario y espero que todos los que estudiaron en el colegio recuerden donde comenzó su carrera, su educación superior, y contribuyan con lo que puedan, $5, $15 o $100 para hacer una campaña exitosa para su aniversario. Y, vamos a celebrar como Disneyland, por 18 meses. Renovaremos la fachada, los jardines sobre la calle 17, Bristol y Washington, nuestro colegio lucirá espléndido. Lo pondremos como en una vitrina para que sea reconocido y admirado. Tenemos grandes asociados como el Sheriff del condado, los bomberos, un programa de enfermería con Saint Joseph Hospital. Y quienes responden a emergencias en el condado o en el estado de California son egresados de SAC. Además hemos contribuido muchísimo a esta economía y a esta fuerza de trabajo y puedo seguir hablando sobre nuestro programa vocacional, que incluye muchas áreas en donde contribuimos a la fuerza laboral constantemente.

Como presidenta del colegio, ella presenta informes al canciller del distrito del colegio; además es responsable de la planificación, organización y ejecución de la política educativa y los procedimientos para desarrollar planes de estudios y servicios de apoyo a los estudiantes, gestionar el presupuesto, y dirigir los fondos del colegio para su desarrollo.  Y, entre sus actividades profesionales, es miembro del Board of Governors for City University in Bellevue, Washington, y sirve en la comisión legislativa y de finanzas de la Association of California Community College Administrators. La Dra Erlina Martinez ha sido reconocida por sus contribuciones profesionales y cívicas por el National Council on Student Development and the Greater Lakewood Chamber of Commerce.

“Estoy orgulloso de la Dra. Erlinda Martínez y de su dedicación de proveer una experiencia educativa de calidad para los estudiantes. Erlinda ha sido una verdadera visionaria con nuestro colegio comunitario, siempre promoviendo y fomentando la educación superior a las minorías y a estudiantes no tradicionales. Tenemos la suerte de tener a una líder tan destacada que se preocupa profundamente de sus estudiantes y su comunidad”

-Congresista Loretta Sanchez

La Dra. Martinez dice, “Mi gol es crear un ambiento ideal en donde se lleve a cabo el aprendizaje, desde el momento en que el alumno estaciona su auto hasta que llega a su clase. Quiero que el lugar invite a estudiar, que se sientan seguros, que sea su refugio. Esto incluye cómo nos vemos nosotros, qué servicios tenemos, qué instalaciones tenemos, qué personal tenemos. Una de mis contribuciones es que el presidente del colegio decide quienes serán los nuevos profesores. Los distintos departamentos entrevistan a los profesionales interesados y yo, a los finalistas. Hablo con ellos acerca de la enseñanza, actividades comunitarias, busco en este individuo que demuestre afecto hacia sus alumnos, que desee reclutar más alumnos, y que esté dispuesto a hacer otras cosas además de sus obligaciones de su clase. Es una responsabilidad muy grande decidir quién se queda”.

¿Cuál es la respuesta de la mayoría?

Aceptan gustosos nuestras expectativas. El personal que tenemos, además de hacer más por menos, son parte de la comunidad, traen energía nueva, otras experiencias, y la nueva generación ha crecido bajo la nueva tecnología, se sienten muy cómodos con nuevos programas para enseñar. Mi contribución es la de contratar una facultad muy entusiasta y eficiente.

Cuéntanos sobre tus hijos

Tengo dos muchachos maravillosos. Mi hijo mayor, Robert de 33 años, trabaja en ventas de prendas de moda para la compañia QuickSilver. Viaja a Hong Kong dos o tres veces por año, selecciona y compra material, yo no sé de dónde sacó tanto talento y visión. Aún no tengo nietos pero tiene una novia desde hace varios años al igual que mi hijo menor, David. El tiene 29 años y es electricista. Siempre fue muy habilidoso con sus manos y es el que soluciona cualquier problema que tenga. Los tres vivimos en Huntington Beach, somos casi vecinos.Tenemos una relación muy estrecha. A mí me encanta tener gente en casa, así que siempre se hacen reuniones familiares muy grandes, y la familia sigue creciendo.

En una reunión familiar cinco años atrás, su tío Rogelio, hermano de su mamá, le entrega un tubo de metal con una tapa, se veía como si fuera un pedazo de dinamita, y le dijo, “quiero que tengas esto”. Erlinda no entiende el regalo pero lo acepta. El le pide que mire lo que había adentro. Lo destapa y encuentra una foto pequeña suya y él le dice, “esta foto me acompañó a través de Corea”. Su mamá se la había mandado, y él la cuidó en ese tubo como si fuera un amuleto de la buena suerte.

¿Cómo es tu relación con tu hermana?

Siempre fuimos muy amigas, sobretodo después de mi divorcio. Viajamos, pasamos fines de semana juntas, tomamos un crucero a Italia, comenzamos en Roma, y terminamos en Venecia. Hicimos otro a Alaska, y este verano iremos a Europa Central. Gloria trabaja para el VA desde enero del 2005 y yo desde marzo del 2005 en el colegio, nuestros trabajos son muy estresantes, así que compramos un “tiempo compartido” juntas en Las Vegas con la promesa de tomar vacaciones y descansar un poco. Y lo estamos haciendo muy bien. A veces tomamos los fines de semana largo y nos encontramos en Las Vegas, ella vuela de San Francisco y yo manejo hacia allá.

Gloria es enfermera ejecutiva de la Administración de Veteranos (Veterans Administration,VA), en Palos Verdes, la organización de veteranos más grande de todo el país. Mike, su hermano, es vicepresidente de una compañia de préstamos hipotecarios. Su papá murió y su madre tiene ahora 85 años. Ella vive en San Francisco con su hermana Gloria quien nunca se casó. Erlinda tiene una relación muy estrecha con su hermano también, el vive con su familia y cuando su matrimonio terminó se aferré mucho a él. Su tío Domingo, el hermano mayor de su papá, tiene 91 años, fue director de una escuela elemental, y se aseguraba siempre de saber cómo le estaba yendo en la escuela cuando niña.

¿Tienes otros pasatiempos además de viajar?

Aprendí a jugar al golf en el colegio de Cerritos y ¡me encanta! Hacían torneos para recaudar fondos. No juego con frecuencia, pero lo suficiente como para divertirme y participar en torneos. También me encanta tocar el violín, lo estudié cuando iba a la primaria y lo hice hasta que me casé. En el colegio de Cerritos volví a tocarlo en la orquesta pero lo guardé nuevamente. En dos o tres ocasiones he traído mi violín a SAC porque adoro la música mariachi y el instructor fue muy bueno y me permitió asistir a su clase para que yo tocara mariachi, sólo una vez toqué en público y sorprendí a muchos. Amo la música. Mi otra pasión es cocinar y lo hago bien. Compro muchos libros de cocina y sigo los canales de comida. Pero por sobre todo lo que hago, me encanta ser la presidenta de este colegio. Resuelvo cada asunto por vez, sino puede llegar a ser abrumador. Este puede ser el reto más grande que enfrento. Porque no puedo estar en todos lados al mismo tiempo. Tampoco puedo asistir a tantos lugares como quisiera. Pero tengo presente que el colegio viene primero, la comunidad viene primero y mi familia también viene primero.

El colegio de Santa Ana es una institución dedicada a servir hispanos en toda la extensión de la palabra. La doctora Martinez quiere que los latinos sepan que acá tienen un lugar en este colegio, que la facultad trabaja para que se gradúen, que comiencen su carrera, que continúen estudios superiores, y que su acceso es libre.

“Somos una institución dedicada a servir latinos desde nuestro corazón. La lista de personas exitosas que pasaron por nuestro colegio es enorme, nuestro Hall de la Fama incluye al abogado Jess Araujo, Alfredo Amezcua; Larry Labrado, parte de nuestra mesa directiva; Carlos Bustamante; Gaddy Vazquez, embajador; Ray Carrasco, jugador de golf profesional, quien dijo que SAC impulsó su carrera al éxito. He empleado a egresados de este colegio que hoy tienen doctorados, han regresado a enseñar. Así que nuestra historia, nuestro legado no sólo es una larga vida de 100 años sino también demostrar la calidad de nuestros estudiantes, nuestros egresados, que regresan para entregar a su comunidad todo lo que aprendieron, para retribuir”, remarca orgullosa la doctora Martinez.

“Por este colegio la gente ha llegado a conocer la calle 17 y Bristol, cuando algo sucede saben como llegar al colegio Santa Ana. Hasta Maria Shriver vino para lanzar el programa de crédito de impuesto sobre las ganancias. La gente se alineó muy temprano en la mañana, nadie necesitó pedir la dirección al colegio, todos sabían cómo llegar; Bill Clinton vino durante la campaña para Hillary de las elecciones presidenciales. La asistente de Loretta Sanchez me llamó un sábado pidiendo que Santa Ana se alistara para el lunes a la mañana, y en menos de 48 horas nos preparamos para la visita de Bill Clinton. Mientras nos concentrábamos en la logística, servicios secretos, en qué salón, etc., la gente se agolpaba para asistir desde las 4 de la mañana. El colegio Santa Ana, además de las clases que ofrece y lo que la facultad hace en términos de educación, es el centro generador de energía y luz para toda su comunidad. Acá todos hemos tomado la palabra de colegio comunitario con seriedad y ofrecemos servicios y oportunidades que tal vez no se pueden lograr en ningún otro lugar. El colegio Santa Ana va más allá de las fronteras de sólo educar”, concluye la Dra. Erlinad Martinez.

Erlinda atesora un tapiz que ha llevado de su casa a cada oficina en donde nuevas oportunidades de trabajo la llevaran. Es una mujer con un cesto en su cabeza colmado de alimentos, dando la mano a uno de sus hijos, prodigando todo lo que posee. No hace mucho identificó el sentido que ese tapiz tiene para ella. “Yo siento que las mujeres han acarreado siempre la carga de la humanidad y este tapiz refleja toda esa admiración que tengo por ellas. Ellas siempre han cuidado a su familia, a su gente, cargado la preciosa responsabilidad de su familia, proveyendo alimento para todos”, dice la doctora.

La Dra Erlinda Martinez, como esa mujer del tapiz que admira, de abnegación y entrega total, cuida del colegio Santa Ana; se asegura de informar que hay estudios de posgrado a los estudiosos que pueden ver más allá de su conformismo del trabajo que hoy desempeñan; ofrece las llaves para el éxito a través del programa Santa Ana ¡Adelante! para que como ella, ‘vuelvan a la fuente por más’, y puedan ascender a otros niveles para poder enriquecer a generaciones venideras, para que disfruten de la grandeza infinita que este país es capaz de dar al que se empeña en lograrlo.

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