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De Sabios y Locos Todos Tenemos un Poco

De Sabios y LocosNo es nada fácil aceptar que uno mismo o alguien en nuestra familia tenga un problema de salud mental. Lo primero que hacemos es buscar excusas. 

Por ejemplo: Juan escucha voces porque está muy cansado… o muy preocupado… o quizás ¡muy aburrido! La realidad de la enfermedad mental es muy dura, pero más difícil la hacemos nosotros porque le agregamos un componente de vergüenza, como si fuera que estar enfermo mentalmente es vergonzoso. Y lo que es peor es que nos burlamos del enfermo haciéndole sentirse peor y discriminándolo como indeseable. El estigma radica en que muchos creen que la persona enferma mental no tiene control de su conducta, puede estar poseído por “demonios”, y puede convertirse en violento, impredecible… y por lo tanto peligroso. 

Se ve a esa persona como “diferente”, como distinto a lo que consideramos “normal”. Por lo menos así lo presentan algunas películas o la televisión, mostrando al “loco” fuera de control, creando más estigma y conceptos equivocados acerca de la enfermedad mental.

Siendo así, ¿quién quiere dejar saber a otros cuales son nuestros problemas más íntimos? Es comprensible entonces que querramos esconderlos para que nadie se entere. O bien, que inventemos excusas para justificar los síntomas pensando que ya pasaran pronto. Pero, la enfermedad mental debe ser tratada de igual manera que la física, porque cuando no es tratada el problema aumenta. Por ejemplo, cuando alguien vive un trauma, el dolor emocional puede ser inmenso, y lo que uno quiere es olvidarlo. La familia o amigos también le dan consejo y pronto le dicen que ya lo olvidará. Pero nada se olvida. 

Un trauma puede dejar secuelas muy intensas por el resto de la vida, y mientras la persona cree haberlo superado satisfactoriamente porque ya no está en su mente todo el tiempo repitiendo vívidamente lo acontecido, se aparece de otra forma inesperada. Por ejemplo, una persona que vivió un accidente puede tener temor a la oscuridad porque es cuando no tiene “control” de lo que está ocurriendo alrededor. Otro ejemplo es cuando una persona vivió violencia en el hogar puede decir que ya perdonó y se olvidó, pero no puede tolerar cuando alguien levanta la voz, inclusive un niño. También puede tener síntomas físicos que no se entiende su origen, pero desarrolla dolores de cabeza o náuseas cuando es el atardecer resultando que el trauma ocurrió a semejante hora; o siente ahogarse cuando huele un perfume u olor que tiene que ver con la memoria del trauma.

Lo lamentable es que el estigma de la enfermedad mental interfiere en que la persona reciba el tratamiento adecuado, pensando que los tratamientos psicológicos son para los locos. Es por eso que la obra teatral DE SABIOS Y LOCOS ha tenido un éxito indiscutible. Esta obra de teatro trae a luz a la familia Delgado, una familia como la suya o la mía, una familia como cualquier otra. La familia Delgado tiene problemas pero nadie los quiere aceptar. Y en lugar de aceptarlos buscan consejos en quién sea, y explicaciones que no los llevarán a resolver ningún problema. Allí vemos claramente las dinámicas de la depresión, la ansiedad, los ataques de pánico, los conflictos de pareja no superados, los efectos del alcoholismo, la psicosis y la demencia, y también toca temas como la homofobia, la violencia doméstica, el racismo y la discriminación. La intención  de la obra es eliminar el estigma para abrir la puerta a que cada persona tenga acceso al tratamiento que necesite. 

A veces es difícil definir qué es normal, porque como dice el refrán, “DE SABIOS Y LOCOS, TODOS TENEMOS UN POCO”. Así es, los más grandes genios de la humanidad han sido diferentes de los demás, y no se han ocupado de consentir con las reglas de la sociedad ni preocuparse por verse bien o ser aceptados. Pero…, ¿quién define qué es normal y que no lo es? Y ¿cuándo uno debe buscar ayuda? 

Hay una regla sencilla: se debe buscar ayuda cuando uno siente que no puede vivir su vida plenamente porque algo internamente le molesta. No hace falta poner ningún diagnóstico clínico. Sólo hace falta darnos cuenta que cuando no podemos vivir tranquilos necesitamos ayuda; y pedir ayuda es un acto de fortaleza y no de debilidad como algunos piensan. Pedir ayuda es entender nuestra vida interna y darle la respuesta que necesita para vivir mejor, ya sea con una psicoterapia o con medicación cuando es indicada. No hay ninguna gloria en seguir escondiendo los problemas cuando existen remedios para ellos. 

DE SABIOS Y LOCOS, una obra teatral escrita por la Dra. Ana Nogales, bajo la direccion y producción de la Maestra Lilian Tapia

Para mas información, comuníquese con Casa de la Familia: 714-667-5220

 

Dra. Ana Nogales

La Dra. Ana Nogales es psicóloga, autora, y fundadora de Casa de La Familia, una organización sin propósito de lucro para la salud mental de la comunicada con mas de 20 años de existencia, Para mas información acerca los programas comuníquese al 714-667-5250

www.casadelafamilia.org

www.ananogales.com

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