Page 21 - Paratodos Jan 2020

Wyland

nuestra ciudad”. Wyland estaba seguro de que que no ofrecen clases de arte? cualquier carrera que ellos elijan. Estoy escribien
ganaría. El alcalde llama a su mamá al trabajo Es muy triste. Desafortunadamente, la edu- do un libro llamado “Salvando la Educación de
en Chrysler, le dice que su hijo había ganado el cación del arte y de la música está desaparecien- América”. Estoy muy orgulloso. Va a ser un libro
concurso, y que iba a desfilar con él el día del do de nuestras escuelas. ¿Quién cree que eso gratis para todas las escuelas del país. Quiero
evento. “Necesitamos que Steve venga a la mu- está bien? Para mí es terrible. Debemos poner poner presión a los que deciden en el sistema de
nicipalidad”, dijo. Su mamá respondió de inmed- más énfasis en la enseñanza del arte en las es- educación y en el gobierno para asegurar que
iato, “No, no, ¡Wyland es el artista!”. “No. Estamos cuelas. Todas las escuelas de América deberían los chicos tengan esas clases y esa oportunidad.
seguros de que es Steve”, aseveró el alcalde. tener arte, aún si los niños no demuestran tener Deberían saber que la mejor inversión que se
inclinación. El arte impulsa la creatividad en hace es cuando se invierte en un niño.
¿En qué grado estaba tu
hermano?
En 6to. Él no hizo más arte después
guardián de los océanos y de las de ese concurso, pero me lo recuer-
da siempre, diciéndome “yo te
preciosas criaturas que alberga gané”. Tengo 63 años y sigue re-
fregándomelo. Pero sé que mi pin-
tura fue más linda que la de él. Esa
Entrevista exclusiva por Silvia Ichar experiencia me dio más incentivo
para seguir pintando.

¿Por qué te llaman desde niño
por tu apellido?
A mí me atraía más el apellido de la
familia: Wyland. Para mí, tenía más
significado que Robert. Por eso, mi
mamá siempre me llamó Wyland.
Esa es una madre inteligente, al
llamar a su hijo del modo que él
quiere llamarse. Cuando iba a la es-
cuela, nos llamaban por el apellido.
Se lo consideraba despectivo, pero
a mí me encantaba el mío. Me pro-
metí hacer de Wyland un nombre
de respeto. Eso es lo que he estado
tratando de hacer. Creo que lo he
logrado.

“Recuerdo un gran momento,
cuando mi profesora de arte de 3er
grado me encontró pintando en
la parte de atrás de la clase. Pensé
que estaba en problemas cuando
ella dijo que quería verme después
de clase. Me dijo que ella era una
artista también y que quería que
pintáramos juntos. Pintamos una
hora y luego me dijo “Wyland, tú
puedes llegar a ser un gran artista”.
Esa observación ha sido muy valio
sa para mí. Desde ese momento,
decidí llevar luz y esperanza a niños
y jóvenes. De lo que más me sien-
to orgulloso es que he pintado al
frente de 1 millón de niños, en cada
estado, y en más de 100 países alre-
dedor del mundo. Cuando estoy ha-
ciendo un mural o un proyecto, una
pared pequeña o un lienzo grande,
invito a los chicos de la comunidad
a que vengan a pintar conmigo. Me
encanta escuchar qué es lo que es-
tán pensando en particular sobre el
arte”, comparte Wyland.

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